Samira* de 17 años y Zahra* de 16. Las dos adolescentes se han
inscrito en uno de los programas de Terre des hommes – Lausanne (Tdh – Ayuda a
la infancia) en los barrios pobres de Kabul. Dirigido por el colaborador local
de Tdh, Afghan Women Educational Centre, el centro de protección a la infancia
de Kabul ofrece cursos de alfabetización, de formación profesional así como un
apoyo social a los niños y niñas afganos desfavorecidos. Mientras que los más
jóvenes vuelven a la escuela después de haberse diplomado en el centro, los
mayores de 14 años aprenden un oficio, como sastre o mecánico de moto.
El profesor de costura de Kabul ha tenido la idea de pedir a la
clase que confeccione bolsas para los niños y niñas que vuelven a la escuela,
como un regalo “de niño y niña a niño y
niña”.
Samira y Zahra han
aprendido costura durante cinco meses, a la vez que acudían a los cursos de
alfabetización. Están muy felices de tomar parte en esta iniciativa: “Por primera vez nos han pedido nuestra
opinión y han hecho caso de nuestras ideas. Nos hemos dado cuenta de que no
solo hemos aprendido a coser sino que nuestras ideas han sido tenidas en
cuenta. Hemos sido capaces de crear. Esta bolsas van a ser muy útiles para los
niños y niñas que regresan a la escuela, y durarán más tiempo que las bolsas de
plástico que se usan habitualmente. Si nos ponemos en su lugar, estaríamos muy
orgullosas de llevar estas fantásticas bolsas”.
Ellas juntas han cosido
alrededor de 60 bolsas de diferentes formas, tallas y colores para agradar a
todas las edades y todos los gustos. Las bolsas han sido llevadas a los niños y
niñas de Torkham, donde Tdh dirige otro centro de
protección a la infancia (CPE).
Las dos jovencitas no habían ido nunca a la escuela hasta formar
parte del programa de Tdh y tejían alfombras en casa. Para acudir al CPE de
Kabul, Zahra necesita una hora y media de autobús. Ha necesitado dos semanas
para convencer a sus padres para que la dejen salir de casa. Las dos tienen
miedo de los ataques suicidas y de ser acosadas en la calle pero piensan que
acudir al programa es una gran oportunidad.
Ellas desean la paz para su país para que “todas las chicas tengan la oportunidad de crecer y evolucionar, ir a la
escuela y cumplir sus sueños”. Según Zahra, “la gente no debería casar a sus niñas menores, deberían darles la
oportunidad de acceder a la educación”.
Verles posar orgullosamente con sus bolsas, los ojos brillantes,
nos olvidamos casi de que estas muchachas forman parte probablemente de las
personas más vulnerables de Afganistán. Pero si se les da una oportunidad,
estas chicas construirán el Afganistán del futuro.
Entrevista realizada en el centro de protección a la infancia de
Kabul durante un curso de formación profesional de costura en noviembre de
2015.
*Nombres ficticios
Fuente original: http://bit.ly/1nTKUwf